Luis Villarroya, presidente de TECNIBERIA. (Artículo publicado en El Vigía).
En los últimos cinco años se ha volatilizado una cuarta parte de la facturación del sector, el negocio doméstico se ha reducido a un tercio de lo que fue, los ingresos internacionales hace cinco años suponían menos de la mitad del negocio total de las empresas de Tecniberia y ahora suponen ya el 80%.
Muchas pequeñas empresas que eran esenciales en sus territorios han quebrado al no lograr sobrevivir a la crisis y otras han terminado bajo control de empresas extranjeras. Pero la ingeniería es un sector estratégico de vital importancia, y un país sin ingeniería propia acaba siendo colonizado tecnológicamente, lo que puede conducir a una situación desastrosa.
En referencia a las inversiones en carreteras, según el Observatorio del Transporte del ministerio de Fomento, algo más del 50% de la inversión en infraestructuras viarias la realiza este ministerio y el año pasado no licitó prácticamente nada de consultoría de ingeniería. Si bien es cierto que este año ha licitado algo más, estamos en niveles aún muy bajos.
En el ámbito ferroviario es diferente. La inversión continúa a buen ritmo y este año se ha incrementado para el sector de la ingeniería. Esto viene motivado por el hecho de que Adif, que realiza el 90% de la inversión, no depende de los Presupuestos Generales del Estado. El grupo tiene previsto mejorar la red convencional, potenciar el transporte de mercancías, completar la red de alta velocidad y mejorar los trenes de cercanías.
Las infraestructuras de transporte experimentaron una larga fase de alta inversión desde la entrada de España en la UE hasta la llegada de la crisis, lo que ha supuesto un rejuvenecimiento de su stock. En la última década, la caída de la inversión ha vuelto a los niveles de antes de la entrada en la UE, lo que ha propiciado una reducción y un envejecimiento del stock.
El actual vacío de poder está frenando la economía y, muy especialmente, el sector de la ingeniería, ya que este necesita estabilidad para planificar y elaborar proyectos. Hace falta que la política aporte credibilidad al mercado y que se aprueben los Presupuestos Generales del Estado que, como pronto, será en 2020. La actual situación de incertidumbre impacta en el proceso de toma de decisiones de inversión, lo que nos hace ser poco optimistas.
Tecniberia entiende que el futuro Gobierno debería empezar lo antes posible a considerar la ingeniería como una cuestión de Estado. Para ello, propone actuaciones en cuatro líneas muy concretas, entre las que destacan reforzar la diplomacia comercial para facilitar la participación de las empresas españolas de ingeniería en grandes proyectos internacionales, como ya sucede con las grandes empresas de la construcción; y apoyar con instrumentos financieros la internacionalización de la ingeniería doméstica. La tercera actuación pasaría por apostar de forma más decidida por la innovación, impulsando, por ejemplo, las compras públicas de tecnología; y, en cuatro lugar, por habilitar un marco fiscal que favorezca ese proceso de internacionalización creando, por ejemplo, una deducción en IRPF para los ingenieros españoles expatriados en proyectos en el extranjero.